Hace unos años se empezó a utilizar el término “nómada digital”, como alguien que, básicamente, puede trabajar desde casa, desde una cafetería, desde un parque o desde cualquier sitio, porque lleva “la oficina en el ordenador”. Pero lo que hace años se veía como una excepción en la manera de organizar el trabajo, ahora es una realidad mucho más extendida.
Hace unos años había quien veía a estos nómadas digitales como unos privilegiados: no tener que acudir en un horario determinado a una oficina, poder decidir dónde y hasta cuándo trabajar… ¿no parece una situación ideal y envidiable?
Pero, como todo en la vida, ser un nómada digital tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Por ejemplo: es cierto que no tienes un horario, que no tienes que estar en un sitio desde las nueve de la mañana hasta las seis de la tarde… pero también puede ser que empieces a trabajar en casa a las 11.00 de la mañana y acabes a las 10.00 de la noche. “Libertad de horario” puede ir vinculada a “horarios extendidos”, si no sabes organizarte.
Con la pandemia y las restricciones a la movilidad muchos nos hemos convertido, forzados por las circunstancias, en teletrabajadores. Y esto ha tenido, otra vez, ventajas y bastantes inconvenientes. “Trabajar en pijama” era el sueño de muchos pero ¿estar todo el día en el mismo sitio? ¿Trabajar solo, sin charlar sobre esto y lo otro – y no solo de trabajo - , sin parar para tomarse un café con los colegas o para compartir opiniones? ¿Saltar de una reunión (en videoconferencia) a otra sin tener un momento para descansar y ordenar las ideas? Eso ya no resulta tan ideal.
Y parece que esta manera nueva de trabajar ha venido para quedarse.
En cierto modo, había ya una tendencia a que la frontera entre el tiempo dedicado al trabajo y el tiempo dedicado a la vida personal se difuminara. Ya antes de la pandemia llevábamos al menos parte de la oficina encima. Tener una App de gestión del correo electrónico en el móvil. Tener en Whatsapp un grupo con los amigos, otro con la familia y otro… con los compañeros de trabajo. Todo ello hacía cada vez más difícil separar el “momento trabajo” del “momento vida propia”.
Ahora esta tendencia se ha acelerado: no la ha traído la pandemia, la ha generalizado y reforzado. Todo apunta a que vamos a formas de organización del trabajo híbridas: trabajaremos parte en casa y parte en las instalaciones de la empresa.
La clave está en saber organizarse; en utilizar de la mejor manera las herramientas de que disponemos, y que, como Whatsapp, pueden ser un arma de doble filo: muy útil para agilizar la comunicación, pero que nos puede tener a las 10 de la noche chateando… sobre tareas pendientes para mañana.
¡Bienvenido a la nueva realidad en la organización del trabajo! ¿Quieres algunos buenos consejos sobre cómo gestionarlo? ¡En Skillsbuild puedes encontrarlos! Y no son malos consejos… ten en cuenta que en empresas tecnológicas como IBM el “nomadismo digital” es una realidad desde hace años. Saben de lo que hablan.
Σχόλια